miércoles, 4 de marzo de 2009

ORACIÓN DOLORIDA

ORACIÓN DOLORIDA

Puedo, desesperadamente, escribir el dolor
templado al fuego del golpear de las teclas,
aquí y ahora,
y tú no comprender nada de lo dicho
de lo pactado en años de mi monotonía;
me acompañan mis entrañas
y me hace sufrir en mi soledad tan esperada;
busco retirar de mí el cáliz ácido
de la hiel de este calvario.
Nadie me acompaña, únicamente una imagen
que entre los ocres de un otoño,
espera solitaria,
en medio de la senda,
no sé qué ni a quién ni nada importa.
Liberado el pensamiento, único libre y es la suerte
pues lo otro es confiar nada seguro
de tener al lado o dentro,
bien depende del momento
que a veces se hace falso y envuelto en la mentira del instante
me hace compañía
me consuela y da contento.
Y en ello pienso,
en ello gozo,
en ello me libero.
Así sea esta larga espera
de oir de su boca a mis oídos
las palabras de consuelo.
Amén

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La palabra siempre es un consuelo.
Un abrazo.

Salva - Lander dijo...

La palabra es siempre y únicamente mi analgésico para todo, incluso para la vida.
Vivir es crear la palabra en cada momento.
Gracas Cesc, otro abrazo.
Salva