Las moscas
han encontrado la piedra filosofal
en la sala de suicidios
hirviendo cabezas
en la oscuridad de las iglesias.
Los niños se han vuelto
caníbales
y han prestado sus dientes
a la muerte.
Sólo quedamos nosotros
encontrándonos físicamente
con nuestro espíritu.
Tu enfermedad
me exhuma de mi retiro
como las cenizas flirtean
con el viento.
Las golondrinas
pliegan las alas
y buscan su estallido
contra el asfalto.
Cabezas decapitadas
sobre las nubes
arrastrando cestos de fantasmas
en un latido joven.
Repasa tus dientes
mi recalentada lengua
con ánimo exiguo
el vacío es un golpe.
El agua ramificada pierde su fuerza.
Cesc Fortuny i Fabré
1 comentario:
Esa manera de abofetear al lector, nos ancla a la realidad más oscura de todos los latidos.
Marian
Publicar un comentario