Tú, cirujano de la Tierra, que con tus manos extraes ese precioso combustible que es el carbón.
Tú, con tu mono manchado , la cara enmascarada, sigues trabajando a pesar del riesgo y la adversidad.
Tú sigue siendo minero, el apacible, paciente y sufrido hombre, hermano, tío y abuelo que jubilado o en activo siempre serás entrañable e inestinguible. Como una tarde de otoño junto a una estufa de carbón.
Ester Serrano Burillo.
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