Arañando la memoria

Imagen tomada de la red

Imagina que vuelves con los años

a los pórticos aquellos de la infancia.

Imagina que eres tú,

con el invierno cargado a las espaldas,

husmeando diarios polvorientos

en la larga búsqueda de la esencia.

Imagina que regresas

y los campos ya no paren amapolas.

Ni se abraza la arcilla a cada sílaba

gastada de tu nombre,

ni crepita el carbón en la memoria

caliente de las calderas.

Yo me invento cada día

para no caer en la guarida del silencio,

y le grito a mis años pequeños,

a las arenas varadas de los niños,

a los ojos que escrutan los espejos

en busca de unos pasos de charol

y una vieja plaza porticada.

(c) Elisa Berna Martínez