domingo, 4 de mayo de 2008

Nuestros vecinos polacos nos deslumbran en el I ENCUENTRO ENTRE CULTURAS

Todo el día del viernes y la mañana del sábado preparando el salón multiusos con un esmero insólito. El trabajo de dos meses se hacía realidad. Globos de colores adornan el entablado y las paredes. Un gran cartel en la pared del fondo da la bienvenida. En uno de los dos tablones de anuncios que se han dispuesto para dar información se muestran fotografías de Cracovia, Wadowice, Nowy Sacz, Zakopane,… y otras ciudades de la Pequeña Polonia, la zona de Silesia, de donde proceden la mayoría de los mineros que se encuentran trabajando en las minas de Ariño. En el otro tablón hay un gran mapa de Polonia y fotografías e imágenes de sus compatriotas más sobresalientes como el difunto papa Juan Pablo II, el piloto de fórmula 1 Robert Kubica, el gran compositor Federico Chopin, el primer presidente tras el comunismo Lech Walesa, uno de los reyes más importantes de Polonia Juan III Sobieski, contemporáneo de Felipe IV,… Dos largas mesas colocadas en los laterales del salón, cubiertas con manteles y servilletas de papel rojo y blanco, se encuentran rebosantes de platos y bandejas con más de treinta recetas de cocina adornadas con flores de papel y cartulina con un gusto exquisito. En la mesa de la derecha los platos fríos, en la otra los postres. Toda la comida importada de Polonia.



Isa, Justyna, Bernardeta, Mónica, Sylwia, Ramona, Eva G y Ewa C, con la ayuda de sus maridos, novios y amigos, que algunos viven en los pueblos de los alrededores, preparan los últimos detalles. Entrando a la izquierda han organizado una cocina provisional, donde se encuentran las ollas con las recetas calientes que sus hijos han ido trayendo desde sus casas. Cinco microondas están listos para calentar las raciones en caso necesario.
De Madrid han venido cuarenta personas de edades diferentes. Pertenecen a la asociación Nasz Dom (Nuestra Casa). En el entablado han estado ensayando bailes regionales.
Todo está dispuesto. Son casi las cuatro de la tarde. La mayoría ha salido a la puerta para esperar a sus invitados. Los que bailarán se encuentran vestidos con sus trajes regionales. En pocos minutos el gran salón se encuentra a rebosar. Está todo el pueblo.
Un día de lujo. ¡Enhorabuena!. ¡Qué orgulloso estoy de mis vecinos polacos!

1 comentario:

Sara Noé dijo...

¡Felicidades vecinos polacos!. Enhorabuena por este día en el que hemos podido conocer "un bastante más" de vuestra cultura.
Desde aquí agradeceros el que podamos compartir el día a día con vosotros. Saludos Sara