jueves, 25 de junio de 2009

Cucú del reloj fantasma


Cucú cantaba la rana,
cucú debajo del agua,
cucú qué risa, Felisa,
jajá reía el fantasma,
dindón con aire burlón,
dandán dentro de la casa,
dondón dentro de un reloj.

Por los cielos de Dublín
vino un fantasma entre nubes
a jugar al escondite
con los niños irlandeses
y en el desván de una casa
se escondió.
Existía la leyenda
de un reloj perdido en tiempos…
El fantasma era tan chico
-y travieso-
que en reloj se transformó.

Desde entonces, por las tardes,
un reloj daba las horas
y un silencio misterioso
se adueñaba de la casa…
pues tal reloj no existía:
se perdió hacía tres años…
Pero si alguien en silencio
se sentaba en el sofá,
podía oír el murmullo
-medio burla, medio risa-
del fantasma enrelojado
que a los cuartos daba horas
y veía sobresaltos
y las risas temblorosas
por todos disimuladas
para fingir valentías.
Mas si alguno se asustaba
de verdad,
el reloj daba unos saltos
de alegría juvenil
y arrastraba sus cadenas
convirtiéndolas en risas
de sonidos cristalinos
que tocaba el campanil.

José Antonio Gálvez
Desde Dublín

No hay comentarios: