miércoles, 16 de febrero de 2011
Un nuevo poema
En Gallocanta
Cuando llega la tarde
en Gallocanta,
junto al sol del ocaso
-de correr tantos cielos
desfallecidas-
se reúnen las nubes
a agitar sus pañuelos
multicolores
de adiós al día..
Allí son un reclamo
para las grullas
que al volar se transforman
en agujas aladas
majestuosas,
en saetas del tiempo
aceleradas,
que al pasar por las nubes
tiñen sus plumas
de amarillos, naranjas,
rojos, violetas…:
un festín de colores,
otoño eterno,
envidia de los vientos
que calman sus susurros
al ver tanta belleza.
Así canta el reflejo
de la laguna
a la vida que pasa
como un vuelo de grulla,
rápida y bella.
JA Gálvez febrero de 2011
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