Un nuevo relato de Salvador Macipe con recuerdos de su niñez, que esta vez se refieren a la figura de don Eugenio Ruano, el primer ingeniero de minas que se conoció en Ariño,donde residió durante bastantes años. Hace un cántico cariñoso de su imagen competente, seria y bondadosa, que contrasta con ciertas anécdotas jocosas que se contaban tomándole como protagonista.
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