Algo desentonaba en el paisaje.
No era el olor que la lluvia
larga impregna en la tierra seca.
No era el disfraz amarillo
del monte que resucita.
Nunca había desayunado
con un dromedario frente a mi terraza.
Pero en los pueblos, un circo,
suele acompañarse de sorpresas.
No era el olor que la lluvia
larga impregna en la tierra seca.
No era el disfraz amarillo
del monte que resucita.
Nunca había desayunado
con un dromedario frente a mi terraza.
Pero en los pueblos, un circo,
suele acompañarse de sorpresas.
2 comentarios:
Una imagen vale más que mil palabras, pero en este caso la fotografía, aunque sorprendente, es sólo un complemeto para las tuyas.
Gracias MªLuz por estar siempre ahí. Menudo susto que me di con los animalitos estos....
Un abrazo!
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