2383 km. separan Ariño de Copenhague, pero este Sábado se volvió a demostrar el poder para reducir distancias que tiene la música en directo. Llegaban “the univerzals” tras una gira maratoniana en la que habían recorrido buena parte de la geografía española, y lejos de tomarse el concierto de nuestra humilde sala como un trámite, abordaron el espectáculo con una intensidad y una profesionalidad espectacular.
Las tres patas imprescindibles para que un espectáculo en directo no cojee son la técnica, la sorpresa y la energía. De las tres andaban sobrados estos daneses. Cada uno de los músicos individualmente es un virtuoso. La sección de vientos, que nos dejó sin palabras, el manejo impresionante del sintetizador, un bajista brutal, un joven batería que cumple de manera impecable con su función y un trabajo vocal casi perfecto. Y si por separado son buenos, nos cuesta encontrar calificativos que describan su sonido como banda. El empaste perfecto entre los sonidos, la comunicación entre los músicos la atmósfera que consiguen crear… Escuchar en directo “the univerzals “es una toda una experiencia.
Y desde luego no es un grupo fácil… alejados de convencionalismos y formulas comerciales son capaces de interpretar un tema instrumental de 18 minutos sin aburrir al público. Me costaría mucho etiquetar su sonido, de hecho, ni siquiera lo voy a intentar, ya que precisamente si algo caracteriza a esta banda es su huida de las etiquetas y los convencionalismos… No es una banda de rock aunque pueda sonar rockero, no es una banda de jazz aunque su sección de vientos podría militar en cualquier banda jazzistica, no es tecno aunque la aportación de los sintetizadores es fundamental… simplemente son “THE UNIVERZALS”.Por último agradecer el esfuerzo de su vocalista por hablar castellano entre canción y canción… Incluso para felicitar al equipo de fútbol local por su victoria (nunca sabremos si se refería al Ariño F.S. o al Real Zaragoza, ya que él mismo tampoco tenía muy claro qué partido estábamos viendo en la tele mientras cenábamos).
En Copenhague hay cinco músicos que conocen Ariño, en Ariño hay una sala esperándolos con los brazos abiertos, si vuelven a girar por España.
