Cercana ya de la festividad de Santa Bárbara, Salvador Macipe nos relata la celebración, seguramente más importante, de esta fiesta que se ha realizado en Ariño, vista por los ojos de un niño de 8 años. Describe, de la exquisita forma a la que nos tiene acostumbrados, los sentimientos que desde los ensayos hasta el día de la representación han permanecido en su recuerdo.
Quedó aquel 4 de diciembre tan marcado en la memoria de la gente, que algunas de las canciones fueron tarareadas durante años en reuniones de amigos, cuando llegaba el momento de las jotas y del “Asturias, patria querida”. Sin duda, fue un acontecimiento que influyó de forma muy positiva en la mentalidad de los habitantes de Ariño en aquellos momentos de la postguerra.
Su lectura nos hace cuestionar el por qué la participación popular era entonces tan normal y entusiasta en cualquier actividad cultural que pudiera plantearse, y en estos tiempos tan costosa.
Aprovecha el autor para hacer un homenaje a las personas que hicieron posible tan importante evento en Ariño. Destacando entre ellas al Sr. Almiral el administrador de SAMCA, Salvador Peguero y Marcos Alcaine como las mejores voces en la representación de la zarzuela “Gigantes y Cabezudos”, D. José el maestro, Francisco Valiente, el Maneus, la hija del Sr, Barat encargado del taller mecánico, la hija de D. Tomás el médico,…Termina el artículo con el romance popular anónimo que le tocó recitar, “El romance de la loba parda”. Romance de origen desconocido, que unos lo sitúan en Extremadura y otros en Soria. Una joya del romancero español, que juega con la fábula y el cuento, que pone de manifiesto el temor que un su tiempo tenían los pastores a los lobos.
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Quedó aquel 4 de diciembre tan marcado en la memoria de la gente, que algunas de las canciones fueron tarareadas durante años en reuniones de amigos, cuando llegaba el momento de las jotas y del “Asturias, patria querida”. Sin duda, fue un acontecimiento que influyó de forma muy positiva en la mentalidad de los habitantes de Ariño en aquellos momentos de la postguerra.
Su lectura nos hace cuestionar el por qué la participación popular era entonces tan normal y entusiasta en cualquier actividad cultural que pudiera plantearse, y en estos tiempos tan costosa.
Aprovecha el autor para hacer un homenaje a las personas que hicieron posible tan importante evento en Ariño. Destacando entre ellas al Sr. Almiral el administrador de SAMCA, Salvador Peguero y Marcos Alcaine como las mejores voces en la representación de la zarzuela “Gigantes y Cabezudos”, D. José el maestro, Francisco Valiente, el Maneus, la hija del Sr, Barat encargado del taller mecánico, la hija de D. Tomás el médico,…Termina el artículo con el romance popular anónimo que le tocó recitar, “El romance de la loba parda”. Romance de origen desconocido, que unos lo sitúan en Extremadura y otros en Soria. Una joya del romancero español, que juega con la fábula y el cuento, que pone de manifiesto el temor que un su tiempo tenían los pastores a los lobos.
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