Ya ha pasado… el festival Repechorock’08 no dejó indiferente a nadie. Hubo fiesta, un buen rollo impresionante y rock and roll por un tubo, además de una estética en la sala digna de un gran festival de rock y un cartelazo de siete grupazos que estuvieron apoteósicos. Las dos pantallas gigantes de la sala se iluminaban con una infografía espectacular que se alternaban con primeros planos de las actuaciones en directo.
Para ser el primer año y teniendo en cuenta que coincidía con el Carrascarock de Ejulve y el Festival Estanca Alcañiz, tuvimos un aforo aproximado de 200 personas en una franja horaria bastante determinada. Desde las 23:00 h. hasta las 3:00 h. el pabellón multiusos de Ariño se convirtió en la gran fiesta del rock, con un público totalmente entregado y sediento de buena música. El resto del festival se desarrolló con menos público, pero no con menos calidad musical, al contrario, en este repechorock 2008 se ha empezado con un listón que ya no se podía colgar mas alto y acabó con el listón en el mismo maldito sitio.
Abrían la tarde Ariday, seguidos de Visitantes, después tocaron Apelo, El vicio del duende, Ciudad frontera, Mostar y Thorgeir, en este orden.
Las pruebas de sonido retrasaron una hora exacta las actuaciones del festival, lo cual tampoco fue un problema, ya que no se acumuló ni un solo minuto más de retraso durante todo el festival. Los siete grupos que actuaron, dieron una lección de compañerismo y profesionalidad, no alargando su actuación más de una hora (lo establecido por la organización).
A las 21:00 h subían los Ariday al escenario, y empezaron a sonar los primeros acordes en el repecho. No se anduvieron con tonterías, y desde el primer tema hasta el último dejaron claro que el metal melódico es lo suyo y que ellos lo saben hacer muy, pero que muy bien. Ariday es un grupo que instrumentalmente suena cañón, perfectamente orquestado y compacto, que para colmo, cuenta con una voz femenina de lujo, lo cual, pone la guinda al pastel. ¡Que buenos sois!. El público que para entonces había en la sala era muy variopinto, de distintas edades y gustos musicales y Ariday supo mantenerlos ahí sacándoles un aplauso canción tras canción.
Eran las alrededor de las 22:15 h. cuando los Visitantes empezaron a descargar. Su concierto fue impresionante, buen hard rock (sonido Marshall 100%), buen rollo y en la barra del repecho mucha cerveza, ¿Qué más se puede pedir? Pues esto sólo acababa de empezar.
23:30 h. Apelo sube al escenario, la sala caldeada de público, muchos ya conocíamos a los Apelo y había seguidores del grupo que se desplazaron a Ariño para verlos en directo. Nos dieron las buenas noches entre guitarrazos, con esa alegría y energía contagiosa que desprenden desde el escenario y aquello se convirtió en una fiesta loca de autentico punkrock. La gente bailaba, coreaba los estribillos y los Apelo aun se rearmaban más y más, soltando ahí arriba todo lo que llevaban dentro. Alucinante. Menudo concierto inolvidable que nos dieron los Apelo. Gracias.
Ahora la sala era un hervidero de rock en estado puro, después de los Apelo la gente quería más. Y hubo más.
Aproximadamente eran las 00:45 cuando se empezó a escuchar cierto griterío al pié de escenario, un grupo de chicas se dio cuenta de que El Vicio del duende estaba a punto de darnos las buenas noches a los allí presentes, y así fue. Otra vez se desató la locura y eso que en Ariño el Vicio del duende no es un grupo muy conocido, pero su buen hacer sobre el escenario es algo que engancha a cualquiera. Tocaron cosas suyas (que bien sonó ese tema… “la luna duerme sola”) y nos sorprendieron con versiones que toda la gente bailó como loca, sobre todo con esa versión de Sabina, llevada a su terreno que sonó cañón cañón…”..y nos dieron las diez y las once…!”. Que gran momento.
Los cambios de escenario nos daban una tregua de 15 minutos, para tomar tranquilamente una cerveza, comernos un bocadillo en el puestecico de barbacoa (frente al backstage de los músicos) y comentar la jugada, mientras, la sección de continuidad del Repecho seguía poniendo ritmo con música enlatada y anunciaba en las pantallas los siguientes conciertos.
A las 2:00 h. aproximadamente aparecían en escena Ciudad Frontera ofreciendonos un directo de pop- rock impresionante. Las gentes de Ariño los conocían ya de sobras y no defraudaron. El público se volcó con ellos y ellos con el público. Otro concierto inolvidable en una misma noche.
Después de la actuación de Ciudad Frontera parte del público decidió que ya eran demasiadas emociones para una noche y decidió retirarse, quedando mas espacio en las zonas del merchandising y la barra. El público se concentró en la franja que comprende desde el control de sonido y el escenario, esperando ansiosamente a Mostar.
A eso de las 3:15 h. empezó el esperado concierto de Mostar, un concierto rabioso, con garra, con mucha energía. Muy buenos, recordaban en ocasiones a los legendarios Misfits, con esos ritmos rápidos y hardcorianos en los que la batería y el resto de instrumentos cuajan perfectamente para crear un sonido realmente agresivo y eléctrico, mientras esa voz desgarrada y melódica a la vez te engancha de principio a fin. Y vaya fin que se cascaron los tíos, ¡versionando a los mismísimos Black Sabbat!, tocaron el Paranoid y la peña se volvió loca, ¡estaban tocando con tanta rabia que uno de los crash de la batería salió disparado por los aires!!!. Brutal, estuvieron geniales.
Pues bueno, después de Mostar, aun quedaban ganas de fiesta y a eso de las 4:30 h. suben al escenario unos tipos con indumentaria viquinga, las caras maquilladas con pinturas de guerra, todos con faldas y cinturones metálicos, adornados también con pieles de oso en los hombros y cuernos y dientes de animales salvajes ¡vaya puesta en escena!!. Eran los Thorgeir! Descargaron ferozmente su death metal melódico entre tragos de cerveza y bailes viquingos y el público respondió con muchas ganas ante tan buen rollo. Yo creo que este concierto será difícil de olvidar.
Y así terminó esta maravillosa jornada maratoniana de rock y fiesta… Bueno, en realidad terminó más tarde, casi todos los músicos y acompañantes se quedaron hasta que la organización pudo cerrar las puertas del recinto a eso de las …¡¡7:00 h..!! todo por culpa de un par de guitarras acústicas que andaban rondando por el escenario, a la que algunos de los músicos no le hicieron ascos, sobre todo los chicos del Vicio del duende que consiguieron formar un corro de gente mientras daban un repaso en acústico a algunas canciones emblemáticas del rock nacional. Poco a poco se fueron recogiendo y cargando los instrumentos en los distintos furgones, nos bebimos las últimas cervezas y nos despedimos todos hasta el año que viene. Que bien se durmió esa noche ( o ese día).
Crónica de Carlos Blesa.
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